Salimos de la tienda de trikes con una enorme decepción. A día de hoy, y digo hoy día 7 de Octubre, el señor Gerhard mantiene su postura en cuanto a devolver la fianza, después de varios emails se defiende diciendo que ha pedido la trike, es poco profesional.
Aquel día no sabíamos cómo tomárnoslo, Peiter estaba muy enfadado (nosotros también) y era la hora de comer, decidimos que comeríamos y a la tarde iríamos a Amsterdam, pactamos con él el olvidarnos de lo que había pasado, ya estábamos allí así que en nuestra imaginación no cabía estar defraudados. Fuimos a un Mac Donald´s para resolver de forma rápida lo de comer. A la tarde aparcamos el coche en el aparcamiento de la estación de autobuses donde trabajaba Peiter y nos compró dos pases para un día de transporte por Amsterdam. Al entrar en el tranvía tenías que pasarla por una maquina y ya estabas dentro, un pequeño paseo en tranvía por la ciudad y directos a la estación central (Centraal Station). En ese momento no sabíamos que volveríamos allí. Peiter nos fue mostrando los principales atractivos de la bella ciudad. Estaba bulliciosa de gente, de tiendas, de cultura y se percibía un sentido de ser particular. Peiter fue encantador con nosotros, visitamos el cine más antiguo de Amsterdam, el museo de cera, el mercado de las flores, y otros muchos, nos hubiera gustado visitar la casa de Ana Frank o el museo Van Gogh pero íbamos a pie con la niña en el regazo y se fue el tiempo. Nos fuimos a casa.
Y, ¿ahora?, mi mente no cesaba de buscar alternativas, pensaba en Alemania, en la página de HP Velotechnik, pasaba por allí buscando los proveedores esperanzado de que alguno me pudiera dar la solución, envié mails a todos los ellos en, (Dronten, Eindhoven, Winterswijk...,) Envié el mensaje en la botella:
Hello, My name is Oscar and I want to buy a gekko fx in red colour, do you have anyone in stock in the store. I buy it if it is in the store or if i can get it in one or two days. Regards
Oscar Barreiro.
Hablando con Rosa aquella noche, no dejaba de animarnos, sabía que era tarde y que hasta el día siguiente no tendría respuesta de ninguno de ellos, no estarían en sus tiendas. No se como pasé a ver mi correo de nuevo como si una fuerza me guiara y vi un mensaje de respuesta de Winterswijk, decía que tenían una con "front and rear fenders" y algunos extras más. Estaba emocionado.
!Sí!, había una posibilidad, Rosa me pidió el teléfono para intentar contactar. Contestaron rápido, le dije a Rosa mientras hablaban que si podía venderla sin los extras y el chico dijo que si, bien, bien. Colgó y parecía que se resolvería, solo quedaba ir hasta la frontera con Alemania, a unos 150 km al Este de Holanda. Pensaba ir en tren, pues la estación estaba a apenas 800 metros de la tienda, me llevaría todo el día pero era solo un día más. Rosa dijo que nada de eso, que iríamos en coche, de verdad no sabíamos como agradecerle todo el apoyo prestado, no admitieron un no por respuesta. Saldríamos por la mañana. Iríamos, Rosa, Su, la pequeña Amelie y yo, que además conduciría el coche de Peiter. Llevamos GPS. Todo era llano, lleno de coches, miles de coches, nunca vi tantos en un día...
El entorno empezó a cambiar y los coches llevaban ya matrícula alemana, llegamos a un pequeño pueblo muy bien cuidado, el GPS nos indicaba que ya estábamos cerca, unos metros más y a nuestra izquierda vimos una tienda con reclinadas en el exterior, ésta debía ser sin duda. Tenía un velomobil mango y una tándem reclinada con los ciclistas en posición opuesta, recuerdo haberlo visto en algún vídeo en Youtube. Nunca me imaginé que llegaría hasta allí. Entramos, nos atendió un chico joven y delgado, fue muy amable con nosotros, nos invitó a café y té, todos tomamos algo, mientras Amelie jugaba con unos juguetes que había allí. Miramos la tienda, todas las reclinadas que veía en internet allí estaban,Scorpion fx, la Azub Eco trike, las Ice Sprint y Adventure, las podíamos tocar, me encantaba esa sensación, Por fin vimos la Gekko con la que Su soñaba, estaba casi preparada. Su estaba nerviosa, la miraba, seguro que estaba pensando en el nombre que le pondría, pero Amelie ya lo había decidido: ¿Se llama Rojo, mamá?, ¿Se llama Rojo? Nos pareció una idea genial. La trike se llamaría: "Se llama rojo"
Comimos y de vuelta para casa. Si todo iba bien , por la mañana emprenderíamos nuestro viaje.
Estoy engancha al buen relato!
ResponderEliminarVengo siguiendo vuestra aventura y han logrado "prenderme" del relato. Lo que hacen es lo que todo reclinado sueña y ustedes lo están contando maravillosamente. Seguiré el viaje con sus relatos.¡¡ Felicitaciones !!
ResponderEliminarGracias!! ha sido una aventura alucinante, como bien dices lo que todo cicloviajero sueña. Lo iremos contando todo y para el verano que viene seguiremos nuestra aventura de París a Santiago de Compostela. Lo más bonito es poder hacer esto en familia, con nuestra hija, una cicloviajera muy valiente! Gracias por leernos!
ResponderEliminarMarylin Supertramp
Y porqué para el prox verano?
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